Código de las familias: el embarazo de los elefantes

Desde que fuera anunciado el 21 de diciembre de 2019 el cronograma legislativo que debe aprobar la Asamblea Nacional en los próximos años se despejaron todas las dudas: el proyecto de código de las familias será presentado en marzo de 2021 a los legisladores para ser después sometido a un debate popular. La aprobación final y entrada en vigor podría tomar un año más.

De este modo, se cumple lo estipulado en el referéndum constitucional de 2019:

Disposición transitoria decimoprimera: Atendiendo a los resultados de la consulta popular realizada, la Asamblea Nacional del Poder Popular dispondrá, en el plazo de dos años de vigencia de la Constitución, iniciar el proceso de consulta popular y referendo del proyecto de Código de Familia, en el que debe figurar la forma de constituir el matrimonio.

La Constitución de 2019 entró en vigor en abril de 2019, por lo que el cronograma presenta a la Asamblea la propuesta un mes antes de que se cumpla el plazo.

Para aquellos que han esperado durante muchos años este momento la espera de dos años más resultará infinita, en especial por lo tortuoso de un embarazo que deberá enfrentar a lo más rancio y conservador de la sociedad cubana. Para aquellos que tienen la tarea de aprobar 39 leyes y 31 decretos-leyes en tiempo record, los plazos acordados son más que justos.

Anunciados los términos debemos, como ciudadanos todos de este país, preocuparnos por el cuidado y la alimentación debida de la embarazada para que todo llegue a buen término. La misión del primer borrador corre a cargo del Ministerio de Justicia.

El Código de las Familias no se limitará tan solo a la concepción del matrimonio. Un código es un conjunto de leyes interrelacionadas mucho más complejo y abarcador. Lamentable los ojos parecen estar enfocados solamente en si se dará luz verde o no al “matrimonio igualitario”.

Por tanto, no solo se trata de ganar conciencia en si será posible que le Ley reconozca la unión entre dos personas del mismo sexo (género), sino de aceptar los distintos formatos de unión que será puestos como iguales: el matrimonio (en todas sus variedades), las uniones de hecho; así como la protección de las niñas y los niños, la edad de consentimiento, la atención al adulto mayor, etc.

Mariela Castro en el Pride de La Habana

De ahí que sea necesario activar desde este momento un conjunto de acciones comunicativas y educativas en todos los segmentos de la sociedad. Tal y como solicitara la diputada Mariela Castro, debe existir una “sólida campaña comunicacional” para que se conozca que este proyecto constituye un “avance en temas de igualdad y equidad, aumento de los derechos a los ciudadanos” y “luchar contra las campañas de difamación contra el mismo”.

Tal y como demostró el período de debates antes del referéndum constitucional de 2019, se han despertado en la sociedad cubana voces demasiado conservadoras para un país que presume de ser el más revolucionario y progresista del mundo. En realidad no fue la cantidad, sino la intensidad de estos gritos de odio de sectores religiosos, principalmente, apoyados por recursos económicos que no tienen un origen nacional.

Los nuevos debates populares convocados para 2021 y el polémico referéndum después de estos deberán contar con la participación activa de toda la población. Todos debemos participar y defender las líneas rojas que la nueva Constitución dispuso para proteger los derechos y deberes de todos. El nuevo Código de las Familias no puede pecar de anticonstitucional.

Redacción Cuba Política

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