Lo punitivo como garantía

En las últimas semanas se han anunciado por los medios de prensa en Cuba el aumento de las multas a quien cometan infracciones de tránsito o ensucien la ciudad con escombros. Ello motiva a reflexionar una vez más sobre este tipo de medidas punitivas en una sociedad como la cubana.

PNR

La educación civil y el castigo punitivo (administrativo o penal) son dos de los mecanismos con que han contado las sociedades para mantener su orden interno. El uso desproporcionado de uno o del otro siempre ha motivado la inconformidad de los ciudadanos.

El gobierno revolucionario de Cuba, como una forma de distanciarse del legado dictatorial de Batista y Machado, ha reforzado el aspecto educativo y presión moral como herramientas para corregir las indisciplinas e ilegalidades. Es bien conocido el monto risible al que ascienden las multas en Cuba, la ausencia de quienes la imponen y la poca eficacia que tienen para corregir el mal que castigan.

Para el discurso oficial, en una sociedad socialista debe primar el desarrollo de la conciencia individual y colectiva, y para lograrlo debe hacerse énfasis en la educación cívica desde las edades más tempranas. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que el nacimiento del “hombre nuevo” no ocurre de la noche a la mañana y ha resultado ser más complicado de lo previsto.

Si bien en otros países las personas son multadas con gravámenes costos por el simple hecho de pisar el césped, fumar en lugares público o arrojar un simple papelito en una acera, en Cuba eso es un tema ausente. Todos hablan de lo “inconsciente que es la gente”, de “lo mala que es la gente”. Sin embargo, nadie se pregunta por qué es así.

Una mirada a ese sistema educativo al que se le ha dado prioridad nos deja bien claro que su deficiencia es la causa fundamental. Asignaturas cuasi inexistentes como Educación Cívica son un mero soplido de viento para los niños de primaria y secundaria. En los demás niveles materias parecidas brillan por su ausencia.

Si el sistema punitivo no asusta a nadie y el educativo no hace prácticamente nada, cómo es entonces posible que el Estado y sus ciudadanos esperen que se corrijan las indisciplinas e ilegalidades por sí mismas.

Basura en la esquina de 17 y 36, Playa, La Habana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.

En los últimos 3-4 años la televisión cubana y los medios oficialistas han aumentado sus emisiones de noticias e informes que dan cuenta, con nombres y apellidos de quienes cometen grandes violaciones del orden público. Eso supone toda una revolución. Antes el rostro de los culpables no se mostraba para evitar la “vergüenza familiar”, pero resulta ser que ese debe ser el castigo mayor. Cuando los ciudadanos entienden que cometer una falta implica, automáticamente, una afrenta social para él y su familias, así como un castigo administrativo (multa) o penal (prisión), de seguro que se lo pensarán dos veces antes de cometerlo.

Los transportistas infractores y los que pagarán hasta 3 mil pesos de multa por echar escombros en el espacio público debería ser un tema más recurrente en los medios de alcance nacional. Una multa por llenar toda una esquina de escombros debería ser, no de 3 mil pesos, sino de mucho más. Se trata de un espacio público, de la higiene colectiva, de la salud y el bienestar de muchas personas que se ven perjudicadas por la irresponsabilidad de otras.

Que el país está en crisis económica, que no existen los recursos necesarios… esa ha sido la excusa durante demasiado tiempo. Resulta ser que los que más ensucian y dañan son los que cuentan con más recursos. Provincias mucho menos desarrolladas como las de oriente pueden enorgullecerse de ser mucho más limpias y ordenadas que la propia Habana.

Naturalmente, un aumento de los castigos punitivos y la eficacia a la hora de aplicarlos tampoco se puede convertir en la única respuesta. El sistema educativo cubano debe rescatar, en todos sus niveles, asignaturas como Educación Cívica y Cultura Política. Solo la activa ejecución de ambos métodos hará más civilizada a la sociedad cubana.

Redacción Cuba Política

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