Crisis diplomática con Bolivia

Que Evo Morales se quisiera presentar a reelección para ocupar el cargo de presidente de Bolivia fue un acto demasiado atrevido, incluso para aquellos que más lo apoyaban. Sus aliados internos y regionales vieron en este “capricho” la forma de dilatar la estabilidad de uno de los pocos países de América Latina libre de protestas en el último año. Sin embargo, la historia tuvo un desenlace poco esperado.

Presidente autoproclamada J. Añez

Que a Evo Morales, un hombre que estuvo casi 15 años en el poder le dieran un golpe de Estado de la forma tan infantil y fácil como se logró, fue una noticia que pocos creyeron o se resistían a creer. Los que seguían de cerca los acontecimientos sí previeron que la oposición no se quedaría de brazos cruzados. Muchos esperaban grandes protestas. Pero, ¿un golpe de Estado? ¿y así de sencillo?

Los primeros que pusieron los pelos de punta fueron los 725 médicos cubanos que trabajan esparcidos por buena parte del territorio andino, así como sus familiares en la isla que veía aterrados por la televisión cómo los militares quemaban e irrumpían en las casas de los altos dirigentes y que pocas horas después se llevaban presos a los jefes de la brigada médica cubana.

El gobierno de Díaz-Canel no tardó en reaccionar y anunció la retirada de los galenos dado “el acoso y el maltrato de los golpistas que usurparon el poder”.

La irracionalidad de los hechos salta a la vista. Para el gobierno interino los médicos cubanos son terroristas, espías y agentes de propaganda del castro-comunismo. Es por eso que, más que un acto concreto, se trató de un acto simbólico la decisión de que el nuevo poder comenzara su arremetida por los ciudadanos cubanos. Este fue el inicio de la escalada de la crisis diplomática.

En estos dos meses tras el golpe, las indirectas entre La Habana y La Paz han sido sin mucho ruido, viajando de tuit en tuit. Solo este inicio de año la presidenta golpista Jeanine Áñez decidió el 23 de enero “suspender” las relaciones diplomáticas con Cuba, justamente un día después de que EE.UU. anunciara el envío de un embajador para restablecer de forma “normal” las relaciones con Washington.

El pretexto de la presidenta interina «obedece a las recientes e inadmisibles expresiones del canciller Bruno Rodríguez y la permanente hostilidad y constantes agravios de Cuba contra el Gobierno Constitucional boliviano y su proceso democrático”.

«El Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia comunica a la opinión pública nacional e internacional que ha tomado la decisión de suspender las relaciones diplomáticas con la República de Cuba a partir de la fecha”, dijo el canciller encargado, Yerko Núñez.

A esto el MINERX respondió:

«Vulgares mentiras de la golpista autoproclamada en #Bolivia. Otra muestra de su servilismo a #EEUU. Debería explicar al pueblo que tras retorno a #Cuba de colaboradores, por la violencia de la que fueron objeto, se han dejado de realizar más de 454 440 atenciones médicas», dijo en un tuit el canciller cubano Bruno Rodríguez.

Añadió que «Dos meses sin brigada médica cubana en #Bolivia se traduce en casi 1000 mujeres que no han contado con asistencia especializada en sus partos y 5000 intervenciones quirúrgicas y + de 2 700 cirugías oftalmológicas que no se han realizado. No son solo cifras, son seres humanos’.

Cuenta del canciller en Twitter

Esta “suspensión” (hágase la diferencia con “ruptura”) congela las relaciones diplomáticas con un viejo aliado de La Habana. Todo parece indicar que continuará así hasta que se conozcan los resultados de las nuevas elecciones presidenciales convocadas para abril de este 2020, donde el antiguo ministro de economía de Evo Morales, Luis Arce, aspira a concurrir al frente del MAS contra propia Añez.

Redacción Cuba Política

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