Biden desde el sótano

La formal victoria de Joe Biden como presunto candidato por el partido Demócrata a las elecciones de este noviembre quedó silenciada por la llegada intempestiva del coronavirus. Así, mientras Trump emitía sus primeros disparates sobre el tema y se veía forzado a ofrecer conferencias de prensa cada día, Biden festejaba en casa, haciendo las maletas de camino a su nuevo cuartel general: el sótano de su casa.

Hoy, mientras Trump se desgasta frente a la opinión pública nacional con su torpe gestión de la crisis y sus ridículas opiniones acerca de cómo deshacerse de la pandemia, escuchamos la tímida voz de un Biden que se limita a enviar videos a través de las redes sociales.

Todo parece indicar que ambos están jugando a la defensiva. El presidente se tuvo que enfrentar de repente a una crisis que no esperaba, poniendo de lado su estrategia de crecimiento económico de cara a las elecciones de noviembre. Por su parte, Biden todavía parece estar pensando en cómo enfrentarse a un líder político sin antecedentes en su carrera política.

Trump no es un ardid de la ciencia y la medicina. Biden no se las arregla muy bien con las redes sociales, únicas aliadas en estos tiempos de cuarentena. ¿Cuál de los dos se siente más perdido?

De que estamos ante un escenario impredecible, nunca antes viste y muy volátil, es una verdad que no necesita ser develada por ningún comentarista especializado. Estamos en una era donde la política a lo interior y exterior de los Estados viene cambiando en función de los nuevos tiempos. En el caso de los Estados Unidos así lo ratificó el “fenómeno George W. Bush”, el “fenómeno Obama” y el “fenómeno Trump”.

Tal y como se ha comentado en otros artículos de esta revista, desde la política cubana se ve con buenos ojos la victoria de un conocido Biden que la de un impredecible Trump. ¿Cuán posible de realizarse sería? Pues todavía es muy temprano para afirmarlo.

Según las encuestas más recientes Biden adelanta a Trump en los estados de la Florida, Michigan, Pennsylvania y Wisconsin.

Veamos el caso del siempre disputado estado de la Florida más de cerca.

Aquí entre un 51%-46% desaprueba cómo el presidente está lidiando con la crisis del coronavirus. Mientras que un 89% de los votantes republicanos aprueban la gestión de Trump, solo un 87% de los demócratas la desaprueba. Por su parte, los votantes independientes desaprueba a Trump en un 57% y otros 47% respaldan su gestión ante la pandemia.

Recordemos que el ex presidente Barack Obama logró vencer en la Florida en 2008 y 2012 por un estrecho margen. Sin embargo, Trump adelantó a Clinton en este mismo estado con un diferencia de 1.2%.

Estas encuestas no deben darnos falsas esperanzas. Si miramos lo sucedido en las anteriores elecciones podemos ver que Clinton estaba por delante de Trump en el estado de Michigan por unos 10 puntos, según esta misma encuesta de Real Clear Politics. Y unos 5 puntos por delante en la Florida. Al final del torneo ganó el republicano. Hoy Biden solo adelanta al presidente en estos mismos estados en unos 5.5 y 3.2 puntos respectivamente.

A estos hechos, muy tempranos para tomarse con seriedad, debemos sumar la todavía vigente amenaza del coronavirus y las secuelas que dejará, tanto en el plano político como económico con la crisis que ha desatado.

Tal vez lo que ambas partes, demócratas y republicanos, más temen ahora es que este escenario afecte la realización de las elecciones en noviembre, como está previsto. Si se posponen, en enero termina el mandato de Trump, con comicios o sin ellos, así como el de su vicepresidente Mike Pence y el de la segunda en la línea sucesoria: Nancy Pelosi.

Un EE.UU. sin elecciones antes de terminado enero dejaría el poder en manos del actual presidente del Senado, el republicano Chuck Grassley. Sería la primera vez en la historia del país que ocurriera algo como esto.

Lo que Biden esté conjurando en el fondo de su sótano deberá ser muy bueno para ganarle a Trump. Un huracán de coronavirus con mezcla de incompetencias no será suficiente para que el presidente pierda la próxima contienda.

Redacción Cuba Política

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