El 8vo congreso del Partido Comunista de Cuba, máximo ente político del país, tiene previsto celebrarse en abril de 2021. En vistas de esto, se efectuó entre noviembre de 2019 y marzo de 2020 el proceso de balance de trabajo y ratificación o renovación de mandatos de los núcleos y comités a nivel de base.
De acuerdo con Emilia Neuris Acuña Lemes, vicejefa del Departamento de Organización y Política de Cuadros del Comité Central del PCC, los balances tienen entre sus directrices fundamentales que la militancia partidista analice su actuar desde la raíz, que mire hacia dentro y hacia fuera del núcleo, que evalúe cuánto hizo y cuánto más puede hacer, ya sea en su centro de trabajo o en su comunidad, para contribuir con las tareas estratégicas del país, y que el debate en cada lugar sea esencialmente transformador.
Se trata, a su juicio,
de chequear la labor desarrollada por cada organización de base y sus militantes, en correspondencia con los Lineamientos y Resoluciones aprobadas en el séptimo Congreso, y de valorar cómo han estado cumpliendo su papel en las dos grandes batallas que libramos: la económica y la ideológica, a partir de una mayor combatividad, ejemplaridad y vínculo con las masas.
Ya a fines de diciembre se habían realizado el 84,6 % de las reuniones previstas. De la fecha a acá la organización no ha ofrecido más información sobre dicho proceso, en especial cómo lo ha afectado la emergencia sanitaria por coronavirus.
Acuña Lemes comentó que el 59,2 % de los señalamientos realizados estaban vinculados con los deberes laborales.
Según lo programado, este abril y hasta junio se llevaría a cabo las asambleas de los comités municipales y distritales, en tanto que a nivel provincial sería desde septiembre hasta noviembre, lo que constituye el preámbulo del octavo Congreso del Partido, a efectuarse en abril de 2021.
En palabras de esta funcionaria, el propósito fundamental de dichas asambleas consiste en evaluar el estado de cumplimiento de los acuerdos y resoluciones aprobadas en el séptimo Congreso, unido a las directrices del Primer Secretario, las cuales tienen en su centro el perfeccionamiento de la labor partidista, tanto a lo interno de la organización como en su vinculación con el desarrollo y salvaguarda del país.
Respecto al programa organizativo de este proceso, particularizó sobre el trabajo en comisiones, en las cuales se analizarán temas relacionados con la gestión económica y social de los municipios, el funcionamiento partidista y la actividad ideológica, así como la situación de la política de cuadros del Partido, la UJC, las organizaciones de masas, el Estado y el Gobierno.
En este congreso está previsto que Raúl Castro deje su cargo de Primer Secretario del Comité Central y que sea Miguel Díaz-Canel Bermúdez, presidente de la república, quien asuma el liderazgo. Ello supondría el fin del proceso de traspaso político iniciado con las elecciones generales de 2019.
La cúpula política del país tiene entre sus retos hacer un análisis del cumplimiento de lo acordado en el congreso anterior, la marcha de los Lineamientos de la Política Económica y el Plan de Desarrollo hasta 2030.
De asumir el máximo cargo del Partido, Díaz-Canel tendrá que echarse también sobre sus hombros las reformas a lo interno de la organización política y adaptarlo a las nuevas condiciones del país, sumido en una profunda crisis económica, ahora más complicada por los efectos del coronavirus.
Redacción Cuba Política
