Cuba pospone sus leyes, una vez más

Del cronograma legislativo ya ni se habla o se habla poco. Con la crisis de la pandemia el gobierno y la gente de la Isla están más enfocadas en la supervivencia económica.

Solamente con la ausencia del período ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular correspondiente al mes de julio se dejaron de promulgar cinco de las leyes programadas por el cronograma legislativo.

  1. Ley del servicio exterior
  2. Ley de organización y funcionamiento del Consejo de Ministros.
  3. Ley de organización y funcionamiento del Gobierno Provincial del Poder Popular
  4. Ley de revocación
  5. Ley de organización y funcionamiento del Consejo de la Administración Municipal.

De seguir con estos ritmos y de perderse también la sesión extraordinaria programada para octubre del presente año, se perderían cinco leyes más:

  1. Ley de reclamación de derechos constitucionales ante los tribunales
  2. Ley de los Tribunales Populares
  3. Ley de procedimiento administrativo
  4. Ley de procedimiento penal
  5. Ley de procedimiento civil, laboral y económico.

Y de perderse también la sesión ordinaria de diciembre, cosa esta ya muy poco probable, se perderían o retrasarían otras cinco leyes propuestas por el calendario:

  1. Ley del presidente y del vicepresidente de la república
  2. Ley de defensa y seguridad nacional
  3. Ley de la vivienda
  4. Ley de salud pública
  5. Código de las Familias.

Tal y como estamos acostumbrados en la historia contemporánea de nuestro país, la normalidad de las crisis en las que vivimos son la excusa perfecta para continuar viviendo en un “Estado de lo temporal y lo circunstancial”. No estamos negando la dificultad de este y otros momentos por los que ha atravesado nuestro país. Estamos hablando de que ya todo indica que no existe una voluntad real por hacer bien el trabajo que el mismo gobierno se propone hacer.

¿Qué tendrán que ver los legisladores y juristas encargados de redactar las leyes con los asuntos inmediatos en lo económico o en la salud pública? ¿Qué tiene que ver el trabajo que le toca al Consejo de Ministros con el trabajo de las Comisiones Parlamentarias? ¿Han visto alguno de ustedes a estos señores haciendo cola para comprar el pollo o dejando de trabajar por la ausencia de transporte?

Ya el acomodo es tal que ni siquiera en la prensa nacional aparece un comentario o una excusa sobre las leyes que facto se han pospuesto, sin que importe el mandato del pueblo en el referéndum constitucional del 2019.

La pandemia nos vuelve a llevar a otro de los tantos momentos excepcionales de nuestra historia. Nos vuelven a golpear y a llevar más atrás de lo que ya estábamos. A diferencia de otros países parece que lo enfrentamos bien, pero no lo hacemos lo sufientemente mejor.

También hemos olvidado que la reforma constitucional fue ese momento excepcional con el que, en acuerdo y contrato colectivo, decidimos refundar el país e intentar reorganizar muchas cosas para resolver los problemas. Sin embargo, hoy pensamos que no es tan importante como para dedicarle un esfuerzo adicional a estas leyes que, si leyeron bien, no son leyes cualesquiera.

Cuando el presidente de la república anunció un paquete de medidas económicas a mediados de julio, él mismo confesaba que eran medidas “estudiadas y aprobadas hacía mucho” por los lineamientos del PCC y hasta en la Asamblea Nacional, pero que sin saber por qué se habían pospuesto. ¡Eso es vergonzoso! Esto nos da la medida que cuando se reflexiona o se legisla todo va por lo formal. Tal parece que nuestro gobierno sigue siendo ese gobierno provisional que tomó el poder en 1959 y que no le dio al Estado Cubano una constitución solo 16 años después, que gobernaba a base de decretos y resoluciones. Ya tenemos nuestra segunda constitución y seguimos por el mismo camino.

Entonces, cuando pase la pandemia, o tengamos ya una vacuna, recordaremos que nuestra sociedad sigue endeudada consigo misma, que no hemos implementado leyes que pueden ayudarnos y que los problemas sociales se han agravado y acumulado. Entonces muchas de estas leyes puede que lleguen tarde y que hasta necesitemos redactar otras. ¿Seguiremos así por siempre?

Nuestro país tiene retrasos logísticos y tecnológicos, pero no tanto como para buscar la forma de que la Asamblea Nacional siga haciendo su trabajo. Si el presidente de la república puede reunirse de forma telemática con todas las provincias, por qué no lo puede hacer la Asamblea. Es cuestión de voluntad.

Si de vedad estamos trabajando por separar los cargos y atribuciones, por qué no han seguido trabajando a quien le corresponde legislar. ¿O es que han seguido trabajando de forma secreta para sorprendernos con una sesión maratónica en la que aprobarán 15 leyes juntas? Ya no sabemos qué esperar.

De todo lo que vemos podemos concluir lo siguiente: el gobierno y los demás órganos del Estado parecen haberse contagiado de forma crónica con el virus de la lentitud, la apatía y el inmovilismo. Todo les parece muy difícil como para moverse del lugar sin temor a dar un paso que lo pueda destruir todo.

Redacción Cuba Política

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