Joe por cuatro años

Pese a los gritos y amenazas de Donald Trump, a pocos les quedan dudas de que Joe Binde es el presidente 46 de los Estados Unidos de Norteamérica.

Los retos nos son pocos. Deberá controlar la pandemia por COVID-19, sacar al país de la crisis económica y sanar las heridas sociales que dejó su predecesor.

Según lo que podemos leer de sus propios planes y promesas. Da la idea que estaremos en presencia de un continuismo de la era Obama. Incluso, hay quienes llaman a esta transición como el tercer mandato del primer presidente negro de los EE.UU.

Sea así o no, lo cierto es que Biden tendrá una sola oportunidad para demostrarlo. A sus 78 años de edad se convierte en el presidente más longevo a la hora de asumir el cargo. De seguro, a sus 82, tras cuatro años de duro trabajo, ni él ni su partido se arriesgarán a nominarlo como candidato.

Para la sucesión todo parece indicar que será Kamala Harris, la primera vicepresidente negra y emigrante del país, la que sacará la cara por su partido en el 2024.

De este modo, ¿qué planea hacer Biden en solo cuatro años y cómo lo logrará?

Esta pregunta de seguro ya se la hacen muchos cubanos. El recién electo presidente ha prometido dar marcha atrás a las medidas implementadas por Trump contra nuestro país y retomar el proceso de normalización de las relaciones que inició Barack Obama.

Si recordamos bien, el llamado “proceso de normalización” fue iniciado dos años antes de que Obama dejara la Casa Blanca, muy poco tiempo para que avanzara realmente en sus objetivos. Aun así, ambas partes se convencieron de que ese es el camino que debemos seguir.

Joe Biden y las relaciones de EE.UU. con Cuba

Sería pertinente que los lobbies norteamericanos que apuestan por el mejoramiento de las relaciones con Cuba (Engage Cuba Coalition, NFTC, WOLA, USACC y otros) incrementaran su presión para que, al menos, Biden retirara en sus primeros cien días de gestión las medidas firmadas por Trump y diera ya sus primeros pasos en el rescate de la herencia de Obama.

¿Cómo y cuándo ocurrirá todo esto? De momento es difícil saberlo. Biden tiene mucho trabajo por delante y no sabemos en qué lugar de su lista de prioridades se encuentra nuestro país. Por nuestra parte, debemos tomar esta oportunidad con mucha más discreción e inteligencia que cuando lo hicimos con Obama.  

Aunque EE.UU. levante el bloqueo, aunque nuestras relaciones se “normalicen”, ellos seguirán siendo un imperio y nosotros la incómoda isla comunista a noventa millas de sus costas.

Redacción CP

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